En la historia de vida de todo ser humano, la materialidad del mundo, con toda su carga sensorial y afectiva, se plasma en un primer momento, en el espacio de la intersensorialidad madre-bebé, en donde lo que Didier Anzieu denomina yo-piel asegura esta función y prepara para la simbolización. El espacio no es una dimensión neutra –dice Anzieu-, posee propiedades psíquicas porque es creado por nuestro psiquismo. En el espacio, uno reencuentra lo que ha puesto ahí. Afirma que la dimensión espacial que caracteriza a los significantes formales se da al margen del lenguaje, y dan sentido a diversos estímulos sensoriales, contactos corporales con el otro, posición espacial, modo de sostener.
(Hilda Islas. Esquizoanálisis de la creación coreográfica)
(Hilda Islas. Esquizoanálisis de la creación coreográfica)
2 comentarios:
Cuando crees que careces de espacio te puede entrar el síndrome de Cotard.
Gracias por tus comentarios Blanca.
Me recuerda lo que dices a como la capacidad para vivir un lugar se ve alterada cuando la luz es sólo cenital, porque puede recordar a una fosa.
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